La flor
con don de trepadora astucia,
se eleva,
lenta,
inadvertida, vital,
entre las bifurcaciones de las ramas,
llegando a ser
razón del follaje,
del baño de las aves,
pies de sus nidos,
paralelo al verde
al rojo y amarillo,
solo por ver el sol,
sol por ver el sol: La flor.
Aguila Pequeña II
Quisiera estar en tu tormenta.
Verte bailar dentro de este fuego como si el frio nos tuviera presos.
Saber de los improperios que nacen de tu boca como si fueran inocencias.
Tener tus manos invasoras, perdidas en mis territorios.
Ver el horizonte de tu estómago delatando las respiraciones.
Saber de los labios fríos solidarios.
Y escucharte decir: llueve, llueve dentro de mi.
Solo lo imaginamos.
Mirábamos estrellas
Jamás nos tocamos.
Ideas que hacían coro a estrellas fugaces.
Estabas bella.
Y quise besar tu sien.
Sabía que escribiría hoy para ti.
Era un orgasmo de versos inevitables.
Los tiraré, así en tu cara, sin miedo.
Todos tuyos, para ti.
Porque traigo el corazón hecho un vuelco
Supe ahora
de esa cascada in-negra y oscura de tu pelo.
Protege confidente a tu sonrisa;
la deja ir y verme.
Los cerrojos de tu alma se han perdido.
El aura cruza desparramada, clara y bella.
Recorre el camino y respiro toda la belleza.
Un brazo torna al sol susurrando
y ojos claros me miran... me miran...
De aquella boca,
gotean palabras que no prometen.
El color de aquellos labios, navegan menos carmesí
que el color de sus deseos,
pero intensos de forma y fondo, en mi mirada.
Me dilato en retratar su sonrisa.
Su alma va poco vestida,
sin pose,
tan dulce...
Sucumben las respiraciones.
Ya se que vive una mujer dentro
y mira por los ojos.
Su cuello es imperial:
Como el de las gacelas libres.
Como el de las palmeras altas.
Ahora que me sé el futuro de memoria,
ella me ha retado a escribir.
Solo me basta verla y ya tengo esta canción.
Porque es que traigo el corazón hecho un vuelco.
Porque es que traigo el corazón hecho de ti.
Carta a una mujer que peina hadas.
No la conozco, pero ya es mi musa imprescindible. Supondré además que es bella por dentro. Que, como volcán, se perméa de eso que esta lleno.. Me hace recordar:
perihelio...
en la punta de mis dedos
laten
sobre esta ola de la esperanza.
afelio...
clavado en mi espalda
cuando te conozco.
Hoy, debajo de mi cama había nada.
Pero los (Reyes) me han traído una mirada ajena, lejana, casi imposible.
Quien me la arrebata?
Me hace sonreír.
Estaba escribiendo la palabra (adiós).. pero
Quien se atreve a decirte adiós?
Algo llega arrasando todo,
todo eso que no debe quedarse,
todas esas notas que saltamos...
Esas segundas y cuartas duras....
Hay arpegios benditos
que solo le recuerdan tus pestañas.
Hay fortísimos como besos que te dará,
colgado de tu nuca como los quirópteros se cuelgan de la noche.
Hay pianísimos
con los que lavará esas manos para tocarte.
Conocerá tu alma
Porque la dieron el mismo mes,
el mismo instante.
Porque la hicieron con el mismo envase: A la belleza.
Se quedara por siempre en ti, y como un buen arpegio:
A veces redondo o blanco; A veces en silencio;
A veces semifuso o a contracoro.
Triste II
En qué tanto nos importa ese "alguien"
...
Ya que "esa persona especial"
somos todos, para alguien;
Cuando entonces "esa persona especial"
no es ese "alguien"
para nosotros.
Esperanza
La distancia se alimenta de ausencias y silencios;
Pone en entredicho el amor;
Se luce en el desconsuelo.
Pero cuando te recuerdo,
mueres en todos los lugares y naces de nuevo:
cercana,
sonriente,
tibia,
viva y amable.
Puedo amarte.
Vas como luz dentro.
Ya lo dijiste tú:
Hay palabras que no dicen; que tenemos que inventar.
Como esa
que dice de tu felicidad
como razón de mi vida;
De tu placer,
como razón de mi instancia, como matanza y deterioro de todas las imposibilidades.
A esto llamo esperanza. Tómala.
® Hecho y registrado por Peniel Ramirez
Casi todo
¿Quién eres?
Que te busco como a mi mismo...
Que te espero...
Que te encuentro al final de todos los caminos,
detrás de las puertas...
Aun en la soledad,
cuando ya veo a nadie y el silencio crece como espuma humeante:
Vienes tú.
¿Quién eres? Que eres tanto! Casi todo!
Porque el resto soy yo.
Que te busco como a mi mismo...
Que te espero...
Que te encuentro al final de todos los caminos,
detrás de las puertas...
Aun en la soledad,
cuando ya veo a nadie y el silencio crece como espuma humeante:
Vienes tú.
¿Quién eres? Que eres tanto! Casi todo!
Porque el resto soy yo.
Mio
Ahora tiene alas blancas;
Las negras las rascó contra el risco de los libros.
La gala cambia.
Cambia el estilo.
Igual de bella... Admiro!
Mirar no puedo.
Mirar no puedo.
Que casi mío.
Que casi mío.
Dentro
quiero ir adentro
de tu paisaje.
quiero saber del color
del elenco salvaje
que llevas dentro.
quiero ir adentro
de tu mirada.
y masticar el sabor
de tu encanto de hada.
quiero ir adentro
de tu mirada.
quiero ir adentro
de tu sonrisa
y navegar en tu piel
como va el sol por la brisa.
Dentro.
quiero ir adentro
de tu esperanza
y que el “mañana mejor”
tenga tu cara estampada,
dentro.
Dentro.
Osculos
Besar a doble espacio,
sin clave, en andante, despacio.
Besarte de reversa hasta el toque primero.
Ver tus ojos de nuevo, preguntando.
Fertilizar tu abrazo.
Hacer de besos, un anillo para tus manos;
un abrigo para tu cuerpo;
un cerrojo para tu furia.
Tenértelos guardados donde guardo el amor,
porque ya no son todos de lujuria.
Avecilla herida
Sé
Facundo Cabral
Vinieron de frente,
por donde se supone
que ha de venir la brisa fresca.
Total, inesperado:
Llenos de cobardía y miedo, no le dejaron pelear.
Apretaron a matar sus fusiles como si.....
mi menor..
re menor..
do menor...
Espantaron,
como a una mariposa,
a otra...
Solo que, a dónde va a volar ahora?
Lo liberaron,
sola bala.
...
En el mismo Boulevard Liberación,
Guate
Mala!
Quisiera ser feliz de nuevo.
Mientras soñamos,
con los pies,
navegando con mar en calma,
el corazón galopa
y tiene de barrotes, los besos.
Mientras nos miramos felices,
cada uno,
del otro lado del abrazo,
tierno,
largo y dulce.
Mientras se olvida todo
y se persigue el calor.
Lloro. ¿Dónde estás?
Ahora recuerdo tu sonrisa.
¡Qué bella!
Quisiera ser feliz de nuevo.
Que te aleja.
Menos joven,
a cambio de razón.
Menos joven,
a cambio de que, cada día,
hay sabiduría que vale mas
que la piel tersa,
que el sueño y la prisa.
Menos joven,
dueño de un mundo más pequeño.
Ahora el beso es lento.
Menos joven,
pero ya sé el camino,
que nos trajo a la sonrisa innata.
Manos maduras, completas
para desnudar de ansias al mundo.
Menos joven,
por haber aprendido,
que tras tu muerte intermitente
está mi grito,
ese de felicidad,
ese por el que te busco y vivo.
Menos joven,
más cerca del momento,
que la luz inmediata me tenia.
Cada mordida a cada fruta,
que me alejaba de ti, "terrible muerte"
ya no me tortura.
Ahora espero cuando,
ahora espero el día.
Menos joven y con tanta suerte,
que ya tuve lo que necesito.
Ahora solo resta lo que quiero, verla.
Ahora ruego porque se repita,
en medio de estos años, la muerte,
de la razón que te aleja.
® Hecho y registrado por Peniel Ramirez
Poca cosa
Lejos,
tus azucarados labios,
se oyen como un tren. Pasan,
me estremecen de nuevo.
Espero en el andén.
Estado de ánimo 1976 II
Encontré a Octubre durmiendo,
luego de la revancha.
Se vino a lavar la sangre a la fuente
y estaba seca.
La maleza, crecía sin equilibrio;
natural, con su propia belleza.
El cielo, oscuro como si tuviera ganas de anochecer,
nos dió su lluvia.
Me miró, despertando.
Me sonrió, entristecido.
Le tendí mi mano.
La tomó.
Se recostó junto al muro, conmigo.
Cantamos una canción sencilla.
Mientras, que desde este infierno,
todo el humo subía, como en un mundo sin gravedad ni luz.
Nací luego.
Me arrancaron del jardin donde jugaba.
Me miraron ojos de amenazas, me castigaron sin razón, respire su aire.
Una mujer lloraba, parecida a mi y me alejaron de su pecho.
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