sin clave, en andante, despacio.
Besarte de reversa hasta el toque primero.
Ver tus ojos de nuevo, preguntando.
Fertilizar tu abrazo.
Hacer de besos, un anillo para tus manos;
un abrigo para tu cuerpo;
un cerrojo para tu furia.
Tenértelos guardados donde guardo el amor,
porque ya no son todos de lujuria.