Aguila Pequeña II


Quisiera estar en tu tormenta.
Verte bailar dentro de este fuego como si el frio nos tuviera presos.

Saber de los improperios que nacen de tu boca como si fueran inocencias.

Tener tus manos invasoras, perdidas en mis territorios.

Ver el horizonte de tu estómago delatando las respiraciones.

Saber de los labios fríos solidarios.
Y escucharte decir: llueve, llueve dentro de mi.

Solo lo imaginamos.
Mirábamos estrellas
Jamás nos tocamos.
Ideas que hacían coro a estrellas fugaces.

Estabas bella.
Y quise besar tu sien.

Sabía que escribiría hoy para ti.
Era un orgasmo de versos inevitables.

Los tiraré, así en tu cara, sin miedo.

Todos tuyos, para ti.