Porque traigo el corazón hecho un vuelco


Supe ahora
de esa cascada in-negra y oscura de tu pelo.
Protege confidente a tu sonrisa;
la deja ir y verme.

Los cerrojos de tu alma se han perdido.
El aura cruza desparramada, clara y bella.
Recorre el camino y respiro toda la belleza.

Un brazo torna al sol susurrando
y ojos claros me miran... me miran...

De aquella boca,
gotean palabras que no prometen.
El color de aquellos labios, navegan menos carmesí
que el color de sus deseos,
pero intensos de forma y fondo, en mi mirada.

Me dilato en retratar su sonrisa.
Su alma va poco vestida,
sin pose,
tan dulce...

Sucumben las respiraciones.
Ya se que vive una mujer dentro
y mira por los ojos.

Su cuello es imperial:
Como el de las gacelas libres.
Como el de las palmeras altas.

Ahora que me sé el futuro de memoria,
ella me ha retado a escribir.

Solo me basta verla y ya tengo esta canción.
Porque es que traigo el corazón hecho un vuelco.
Porque es que traigo el corazón hecho de ti.