La flor






Desde profunda y terrible oscuridad,
con don de trepadora astucia,
se eleva,
lenta,
inadvertida, vital,
entre las bifurcaciones de las ramas,
llegando a ser
razón del follaje,
del baño de las aves,
pies de sus nidos,
paralelo al verde
al rojo y amarillo,
solo por ver el sol,
sol por ver el sol: La flor.