Effeuiller la marguerite

No se deshoja una margarita.
Se ama.
Nunca se arranca.
Jamás se despetala.

Malestar inspirador:

No toque la margarita oño!
Tóquese usted.
¿Hay razón oracular en saber si es querible?
¿Si, usted, si es querible. Sabe amar?
¿O "te amo" ya solo significa "necesito"?

Preámbulo: Dolina cállate!

Que no mienten? Todas mienten.
Que son de almas celtas de los niños? Já!
Que son la blancura que espero?
Que ya están a su lado?
Las he visto.

Advertencia:

No digas: Un peu, si no te has dado tú!
No digas: beaucoup, si no te has dado igual!
No digas: passionément, solo por entender.
No digas: à la folie, ...que locura!
No digas: pas du tout, no sabes nada!

Ya todos quieren, ya todos necesitan.
¿Qué clase de remedios lleva usted?
¿El que me sana a mi?
¿El que va y sana a aquel?

Observación:

¿Será que el amor es el arte de persuadir lo necesario?
¿Será la máscara del que busca, halla y mantiene?
¿Qué cosa innecesita y ama?
Que pronto se descubre el lastre, que es amado, pero no puede amar su lastre es la excepción a este absoluto.

No se deshoja una margarita.
Se ama.
Nunca se arranca.
Jamás se despetala.

No toque la margarita.
Tóquese usted, ame!
Hágase querible.
Ojo!
Si es vela, le querrá.
Si es lastre, su tiempo habrá perdido.