A Borrasca

Que una vez, estuve en un jardín. Salí a recoger ansias. Me perdí. Aprendí a vivir en la maleza. Ya viejo, de tanto caminar, encontré una puerta y a tientas, la aldaba reconocí. De nuevo, estaba. Pude sonreír. Te puede pasar igual. No te invito a esperar. Te invito a vivir.