Manual para pedir una cita a una mujer artista

Hola.  Siempre te recuerdo. Te esperaba. Siempre lo hago. Lo haré siempre, incluso hasta el día en que esto pueda parecer un romanticismo tonto. ¿Que no eres la misma? No importa. No importa lo feliz que seas. No importa que no escribas. No importa ya nada. Estuviste como un aguacero ayer y dejaste un meandro arenoso por donde te fuiste. Si regresaras estará allí. A veces tu nombre es como un tren largo y antiguo, -reliquia funcional, que abastece mi inspiración-. Vienen vagones de locuras. Otras menos bellas e igualmente imposibles, como pasarme por la mente -mezclar lo que ya es puramente bello con la efímera experiencia de los sentidos-. Es cuando te haces mármol y oro, prometiendo ser eterna. Mi generación sabrá del negro mechón. Gracias por la sonrisa.

Manual para suicidarse

Ella busca todo lo que yo he encontrado. ¿Para darle esto que renace, como hago? ¿Para ser reparto de sueños y menos de melancolía? ¿Cómo hago? Quemé los libros en donde aparece su nombre. Tiré al vacío, voces, entonces, que la llamaban. Dormí las tardes que me traerían su recuerdo. Solo quedo yo: suyo. ¿Quién me despelleja y me salva? Su recuerdo está en la piel. Si no lo logro, me veré escribir: "Y ahora me dispongo a no ser".

mate

Un "no" del tamaño de la belleza de su boca me tumba al otro lado de la vida.

Sin tocar

Una piel, que ver: poro a poro, pelo a pelo, olor a oler.  Una boca para admirar: Surcos ajenos qué tener... Sin tocar.  Como a un paisaje largo. Como a una noche clara. Como a una lluvia tibia y alas.

No es posible repetir

El viaje dúplex que marca la ruptura, se hizo. La bocanada de agrura que borra el recuerdo, vino a ser. Puede ser que -no lo supe- y me quedé esperando el eco del amanecer.

Haití

Si mi niña se derriba, yo me derribo con ella. Si tu amparo no se arrima, yo no veré decepción pues solo espero: el día.

Sepia

Eres el atardecer de todos los colores. Sin ser gris, dejas de ser color y te marchas. Eres el color más triste. Eres la ilusión más breve. Eres el color de las promesas. Por eso: Ahora prefiero el color de las hojas secas, que no esperan, que se baten con el viento, que van chocando contra el pavimento a ninguna parte. Unos las ven bailar, otros simplemente arrastrarse; Yo las veo ir, sin remedio. Sepia, por siempre tú, eres el único color con edad. ¿Dónde estará mi cielo? Azul, como es,, ¿tan brillante? Cuando me sienta sepia, la recordare beberé sus ojos y su sonrisa como antídoto a esta muerte de otoño. Seré el caudal desnudo que la espera y ella caerá en mi, sedienta, como hoja completa. O el camino, o el bosque que nos esconde de nadie, frente al poniente que grita voces sordas sin fulgor, rojas, con dolor y placer, como la vez primera, como la primera vez. Otoño, estación del sepia, te amo.

Hoy ya no quiero hablar mas del amor

Afuera llueve, torrentoso y triste, el aguacero, no promete acabar. Luego, la calle es negro perla y las hojas de los arboles brillan, como si estuvieran llorando. Amar, es mejor entonces? o caminar? Debajo de que toldo se guarece tu vida? ¿Debajo de qué abrigo se calienta tu sol? Yo, sigo, masticando trozos de despedida. Tu sigues naufragando en busca del amor. Hoy ya no quiero hablar más del amor o de la despedida, del sol o de ti, de tu vida. Porque también tendré que hablar del frio, del la canción, de todos los que están fuera, de mi, de mi dolor, de quien ya no regresa. Y ya no quiero hacer poema... de sangre seca.

Hoy ya no quiero hablar mas del amor

Afuera llueve, torrentoso y triste el aguacero, no promete acabar. Luego, la calle es negro perla y las hojas de los arboles brillan, como si estuvieran llorando. Amar, es mejor entonces o caminar Debajo de que toldo se guarece tu vida? Debajo de que abrigo se calienta tu sol? Yo, sigo, masticando trozos de despedida. Tu sigues naufragando en busca del amor. Hoy ya no quiero hablar mas del amor o de la despedida; Del sol o de ti, de tu vida. Porque también tendré que hablar del frio, de la canción, de todos los que están fuera , de mi, de mi dolor, de quien ya no regresa.
Y ya no quiero hacer poema... de sangre seca.

Poder IX

Hay una tristeza que siento ahora, porque vi al mar y no sé qué piensa; Y estoy a expensas de su poder.  Hay una tristeza que nace ahora, porque te veo ir y no puedo ser como el mar: Lo sabes todo y además no tengo ni una pizca de poder.

Globos para desinflar

Omaira, ella, el diablo y yo. Hemos caído. Como rodaron las perlas blancas y hubo olvido. ¿Quién las encontrará? Los cerdos, de sucias patas, a mi ver, ya no las advierten. El collar no tiene hilo. No tiene tiempo el mundo, ya solo quedan segundos, y ya no quiero segundos. Yo valgo más que eso. ¿NO? Valgo más que eso. No merezco olvido. ¿Pero sí, es todo? ¿Queeeee? quiero decir una palabras. ¿Puedo? Mama, si me escuchas… Yo creo que si. Reza. Para que pueda caminar y esta gente me ayude. .. Adiós madre… Antes podrán haber, cien años de silencio. En vez de tanto grito al hueco, a la tumba vacía, sin muerto qué resucitar. Omaira, mis respetos! Pero… ¿Qué hago con su ambigua mirada; con sus labios que no sé, si me deben o me prestan? ¿Con sus manos? Su cara brilla, como nácar que merece respeto y amor. Su boca es pequeña y adorable, que dicha!! he!! felicitadle!!! Irónico el día, viene a burlarse. Solo porque sabe que perdí esta apuesta. Y él va a morir con cara de payaso loco, mal pintado. Te comprendo. No comprendo. ¿No hubo forma? ¿Cómo es posible que hallas muerto, ahí, en nuestras manos? Me comprendes. No comprendes. ¿No hay forma? ¿Cómo será posible? ¿que muera por tercera vez sin tus manos? Ella agarró mi mano, condenó al silencio, desató los nudos, tocó el fuego, al nadar. Beso al galgo en la boca, al perro! Y yo que me quedé sin besar. No sé a que diablo se le ocurre dar consuelo, al cuerpo a donde ya vino a vivir la oscuridad. Y besarle además y besarle. Si no fuera por la hora, ya tanta irreverencia hiciera mella al corazón. ¿Que no lo sepa? ¿Y yo que muera callado? ¿Que sea la perla? ¿Para que el maldito valor? CARAJO!!! Venga el demonio y tiña de exabrupto este camino. ¿Debo celebrarlo? NO!!! Mas ahora, que ya sé, que no te tengo, soy feliz, ya no podré perderte!! COÑÑ!!!!!! Malditas palabras. Ayúdenme a decirlo de una vez. Ya dejen de jugar conmigo y esta historia. ¿O soy peón de su ajedrez? ¿Lodo de su noria? ¿Cola de su pez? No me dejen llorar tanto silencio; no me dejen solo!!! O váyase para siempre. No me importa. Y que se queden en blanco tantas notas, que no escribí al revés. He!! Niño!! Sé feliz, agradece, que te dejen vender tus globos fuera. Aquí en el paraíso, ya no se hace feria, ya no se hace feria, ya no se hace feria.

Pasado III

Una estampida de sedientas mariposas pasaron por la flor. Ahora sin néctar, la flor, empujada por lo que queda de viento, las ve partir. Sus bocas, como si fueran una sola, se desmadraron como areíto, junto a un solo pistilo. La piel morena de la noche, supo la hecatombe. Drástico el pesar de la cascada, lo celebra. Si fuera poema el recuerdo, yo compraría pasado.

Las púas de las rosas

Quiero hacer algo que no se puede hacer: Portarme mal; Dejar de ver; Cortar las flores; Llorar callado; No hablar jamás de esa mujer.

Tríptico UNO

Diego me dijo: Nos separa, una generación como un caudaloso río. Nos une una mirada; la dieta vegetariana y la predilección por la chinola. Yo le dije: -Somos tres, hola!

La verdad entonces

Que te recuerdo. Que quiero, seas feliz. Que no quiero estar ahí porque yo no lo soy y no quise arriesgarme a aprender, serlo contigo. Que quiero estar solo y triste y tu .. eres mariposa que debe ir por ahí.. bella, etc. Mi día feliz está hecho. Disfruto el viaje. Entonces yo dije: No, mejor quédate. Escribamos un libro.

Locura bavariana

Quiero un colirio que está más al este que todos. Lo abrazaría con candor. Lo amaría. Ya no sería "cosas de uno mismo". Serian cosas de dos mismos.

Corazón limpio

Estoy seguro de que te he perdonado,
pues ya no recuerdo, qué me hizo olvidarte.

Fragmentos de "Rio Limpio"

y ojos claros... y piel a la brisa... y boca como piedra del camino... y pelo crespo amarillento... y sueños invisibles... y madre afanada... y padre perdido... y frontera quemada... y cielo azul, bello... y río seco y lejano... y charco sucio... y hermana joven preñada... y pensamiento... y pensamiento... y artibonite caudaloso... y puente hundido... y tarde de nuevo... y noche estrellada... y frío... y suerte con sal. ... Luego la carretera: larga, sureña, de pelo negro, de manos cortadas. Luego la carretera: De lado a lado, a veces la cañada y una campesina, entera, risueña, infantil. Luego la carretera. (fragmento de rio limpio)

abrazo 33

A media cocción del abrazo, te fuiste. ¿Qué haré con él? ¡Qué triste! Abrazo tierno, largo, delicado. Caliente sobre todo, confidente; egoísta, completo; seguro, firme; con caricias en las sienes, de donde nacen las hebras mas finas de tu cabellera.. Que suma el calor. Que comunica el latido. Que hace confundir el sístole. Sí, en el muro allá, en el exterior frente a la noche. Tiernos y callados grillos lejanos.. A dúo.  Abrazo largo que cuenta una historia de pausas épicas; que dibuja en los hombros figuras irreconocibles; que asegura la espalda como a la suerte. Que insulta procaz la despedida; tierno, largo y delicado, como la espuma de la orilla.

rimmel de colores.

Tengo sabor a rojo por las noches. Cada día me amanece azul claro y al medio día, quedo blanco y marrón, con un poco de verde. Ya no puedo llorar. Ahora luzco a colores como el semáforo o lagartija. Ya no puedo olvidar. Ahora hago casa de metáforas para cuando llueva tu mirada. Inspirado en una bruja de medio tiempo. (Jinxy Brujita)