Estamos solos y con nada o vivimos en sociedad.
Creemos y deseamos la libertad.
El ejercicio de la propia libertad puede ser perjudicial para los demás.
La verdad nos revela inmorales.
La verdad nos condena.
El juicio nos separa, quedamos solos y con nada o recibimos amor.
El amor nace como la fé, sin plataformas ni justificación.
El amor nos une ciegamente, nos sublima y constituye en bondadosos.
El amor se dá como indulto silencioso y permanente, como acto de confianza.
El amor, para alimentarse, no ve al acto inmoral y apaña la potencial maldad.
La verdad evidente mata al amor.
El amor no resucita, muere junto con la confianza.
El perdón no existe, ni el olvido, si hubo amor.
Pide amor.
Da amor.
No pidas la verdad.
No esperes el perdón.
Antes de la verdad, "somos" lo que debemos ser. Lucimos la moral.
Después de la condena de la verdad, quedamos solos y con nada.
Pide amor.
Da amor.
No pidas la verdad.
