En la torre dos,
muy cerca de la ventana,
de donde sale la bandera con cruces;
Atado y vivo, frente a su viejo retrato,
sin hambre y con frio, estoy. ¿Qué alma viene y está conmigo? ¿Qué alma viene y me deja saber,
como el ave de Noé
que hay esperanza? ¿Quién se prostituye y me cobra? ¿Quién me ama un momento y canta afuera?
El castillo se ha quedado solo.
El fuego hechó abajo toda la esperanza.
Yo estoy atado.
No estoy loco ni feliz.
Atormentado,
porque sé recordar.