Que Dios se lo pague

Adoro, como ha despertado tu poeta. Prefiere las margaritas, yo la puerta. Cruzaré la puerta y espero que ya no esté jamás. Adoro, como ha regresado la primavera. que trajo las margaritas, yo la selva. Cruzaré la selva y de acero brillante, será el muro en donde escribiré tu nombre. Ha nacido un amor urbano. Tú recuerdas la realidad y yo recuerdo el sueño, vivo de eso. Tuve el sueño: Quizás como limosna a este inmenso anhelo o como regalo que ya no merezco. Mas, tuve el sueño y allá al final tu abrazo tierno. Y allá al final tu abrazo tierno.