contracoro XXi

Cada blancura, de cada pétalo blanco, en cada silencio, es necesario; Para otros pétalos que están por nacer Cada tristeza de cada día largo en cada soledad vieja y conocida es necesaria; Para otro día feliz que esta por venir.

Esperando a la poesía

Y se dilata. Las amarillas florecitas asienten mis pensamientos, Porque es todo lo que saben hacer, además de recordarme a la mujer que vuelve a sí misma, allá donde no tiene que esforzarse por sonreír, donde puede caer finalmente en su cama y jugar a desaparecer. Si algún día me invitara a guardar silencio junto a ella. Si algún día me invitara a desaparecer pensando. Si algún día pudiéramos escribir la misma prosa, el mismo verso. Y la poesía se dilata. El viento frio regresa sin ella y sin explicaciones. Y se dilata. La tinta noir es menos cada vez, porque he encontrado a donde irse sin permiso. Y se dilata. El día se va porque no cree, no espera. Yo tampoco creo, solo espero. Nunca vino. Estos deseos desmembrados, son alimentos de criaturas imposibles. Quiero desaparecer. Lo logro. Lo que queda es frugal. Lo que queda es hueco. Lo que queda es poco. Lo que queda es de todos. Porque yo, lo que se ha ido, es de ella.

Sin título 23

Hoy estoy triste. Además oigo a Ángel Gonzales. Estoy más triste. Vivo este rato, en donde no hay alabanza. Es denso el aire. Aquí la vida se bifurca y visita el borde de todas las posibilidades. Aquí el mar se encoge y quedan los peces como yo. Aquí despierto en el vertedero de días tristes de todas las vidas. Aquí he quedado preso, en el hueco que se le escapó al tapador de huecos del contenedor de la felicidad.