Perdido II

Cuando me llames, ya no sabré hacia dónde ir. La lluvia, que se escurre en pequeños ríos, borró mis pasos, esos que, de regreso, me hubieran podido guiar. La noche, cayó en mi espalda y velo todas las bifurcaciones del camino. La noche es larga. La noche es fría. La noche es triste. ¡Qué iluso! Espero que me llames.
Mis pensamientos, inician como las notas de los suicidas que no quieren morir, a un paso de la muerte, ya empujados hacia fuera del muro que dibuja la vida, por ellos mismos.
¡Qué caos! Solo me arrimo a tu memoria en estos días: Que llueve; Que estás sola y triste; Que yo estoy lejos.

Al viejo Benedetti II

Al viejo Benedetti II Se están escribiendo pergaminos, ahora. Se firma el contrato con el escultor y los pintores. Se apresura la ceremonia y el reconocimiento. Se recuerda el valor. Se equipara la vida, se ve. Pero ya Mario no lo sabrá, no tendrá el abrazo oportuno y necesario para vivir. Por eso es que ahora, vocifero y aplaudo a mis amigos. Es que ahora, por eso: Aplaudo a Bernabé, que osa cultivar mientras su jefe ordena tala. Es que ahora, por eso: mastico las notas de Radán y lo cito. Es que ahora, por eso: celebro el visor del plasma sanguíneo de Wilfredo y su voz baja y tierna. Es que ahora, por eso: Que veo de cerca, de Cristóbal, la valentía. Es que ahora, por eso: Que premio la sed y el calor de tí, Raul, allá en azua y a los demás amigos, igual. Sepan que hoy es el final de todo lo vivido. Hagamos fiesta. Tomémonos el vino. No guardemos el maná para mañana, Es que ahora, por eso: No guardemos el maná para mañana, ni los besos.

Al viejo Benedetti

Hardy, ya no tendremos tu sonrisa extraña. Ya no tendremos tu citar parlante. Ya no tendremos, desde la palabra, tu atrevimiento.
"Cuando el ser queda en suspenso, se cierra la vida: ese paréntesis con un vagido universal de sed y esperanza."
Algunos apuestan a la vida eterna, sí. ¿Pero cual? Si esta termina aunque comience otra disímil. La sed queda saciada en el vámonos, Amar fue poco, mientras tanto y tú, que supiste saber decirlo, te vas también. Adiós Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia.  Lloro. Imagino y casi siento tocar, el marmol frío que ahora te arropa. Recuerdo la estrofa:
"La vida se clausura en vida, la vida, ese paréntesis también se cierra incurre en un vagido universal el último"
y entonces, sólo entonces el no ser sigue para siempre, supusiste. Ahora sabrás lo cierto. Dejas de ser como esos vivos, que pretendemos predicar lo que no vemos.